martes, 15 de diciembre de 2009

FIRMIN,AVENTURAS DE UNA ALIMAÑA URBANA


Esta novela de Sam Savage nos lleva al sótano de la librería ,"Libros Prembroke" de Boston, donde viven trece hermanos y la madre. Con el paso del tiempo la madre, Flo, alcohólica y mundana, abandona el sótano y tras ella empiezan a irse la mayoría de sus hijos. Es decir, todos menos el más pequeño. Éste no tiene ninguna intención de irse a vivir a otro sitio .Por que “Libros Prembroke tiene un sótano y cuatro salas repletas de libros y él se ha criado entre ellos y sabe que ama los libros por encima de todas las cosas, los libros y sus historias, y es en ese lugar, su hogar, donde le gusta vivir, no le gusta encontrarse con la brutalidad de las calles ni de la realidad. Él, Firmin, vive rodeado de libros donde todo lo que ocurre es más intenso pero más leve. A temprana edad se leyó las grandes obras de la literatura de ficción y no fue hasta tiempo después cuando se enteró de que los protagonistas de aquellas historias eran personajes de papel y que en la realidad no existían. Admira al dueño de la librería,Norman. Admira como ama los libros, trata a los clientes y la diligencia y prestancia conque les atiende. Pero todo empieza a cambiar cuando su pequeño mundo se tambalea por dos cuestiones, la primera: posiblemente la librería cerrara debido a las reformas que se prevén para el barrio y la segunda: no sabe porqué su estimado Norman ha intentado matarle. Aunque no ha paseado mucho por Boston conoce la ciudad por los planos que ha visto en los libros y decide pues ir en busca de un nuevo lugar .Entonces empiezan las verdaderas aventuras para él, él que siempre se ha visto en mil supuestos y en mil imaginaciones como el protagonista de cada novela que leía. En su aventura encuentra un aliado que le salva incluso la vida, un aliado al que conoce de sobra, pues siempre ha sido cliente de la librería.Así Firmin nos conmueve con sus lecciones de humanidad,sentido del humor y aguda sátira sobre nuestro loco mundo,nos empuja a leer aun mas y nos impide volver a gritar aquello de...¡malditos roedores!

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